martes, 14 de abril de 2015

El misterio del U-234 y su carga

Entre los episodios más controvertidos de los meses finales de la Segunda Guerra Mundial, posiblemente el caso del submarino U-234 sea uno de los más llamativos. La incertidumbre que provoca el pensar que si la misión de este sumergible hubiera llegado a término el desenlace del conflicto en el teatro de operaciones del pacífico posiblemente habría cambiado ostensiblemente.

Tamaño del U234 comparado con un UBoat convencional
El U.234 diseñado inicialmente como minador fue reconvertido en un sumergible eminentemente de transporte. Resulta curioso que los nazis hubieran dedicado estas naves a algo más que atacar y hundir barcos enemigos, sin embargo, así fue. Sus dimensiones lo hacían extremadamente grandes en comparación en el resto de la flota de submarinos. Concretamente en esta nave se realizaron trabajos extras para acondicionar espacios suplementarios a los ya disponibles y así aumentar considerablemente su capacidad de carga. En los mecanismos de liberación de minas se colocaron contenedores especiales. Doce de sus treinta pozos de extracción se equiparon asimismo con contenedores. Su quilla fue llenada con carga, al parecer vidrio ópticamente mejorado y mercurio. Los compartimentos de almacenamiento de torpedos, dos a cada lado, también fueron ocupados por contenedores de carga.

La carga:
En total llevaba una carga en torno a las 240 toneladas, más el combustible diesel y provisiones para un viaje de seis a nueve meses. Esta carga incluía dibujos técnicos, ejemplos de los más nuevos torpedos eléctricos, un avión a reacción Me262 desmontado y embalado, una bomba planeadora Henschel Hs293 y, lo más soprendente, 560 kilogramos de óxido de uranio en unos contenedores cilíndricos de plomo de 230mm de lado.
Caza Me-262 primer reactor de combate que pudo dar un vuelco a la guerra.
Al margen de esta carga, el U234 también embarcó doce pasajeros: Diversos oficiales de alto rango del ejército, la armada ty la Luftwaffe alemana, varios ingenieros civiles y científicos y además unos oficiales de la marina japonesa. Estos japoneses que al parecer habían llegado a Alemania en 1943, fueron el teniente comandante Hideo Tamonaga de la Armada Imperial Japonesa ingeniero naval y el teniente comandante Genzo Shoji, especialista aviador.

La Misión:
Como la Alemania Nazi había perdido toda capacidad de producción tanto de material bélico convencional como de desarrollar su programa nuclear, se decidió transferir estos conocimientos tecnológicos y materias primas (Oxido de Uranio) al Imperio del Japón que por el momento aguantaba, aunque a duras penas, el inexorable avance aliado en el Pacífico. 
Una vez que el U234 llegase de su destino, los científicos japoneses construirían una bomba atómica (quizás hasta dos) para atacar la costa oeste de los EEUU. Japón disponía para ello de unos sorprendente submarinos  de más de 120 mtrs. de eslora que, en un increíble alarde de ingeniería,  portaban dos aviones bombarderos ligeros capaces de despegar desde su cubierta y efectuar así el ataque previsto.
El Submarino-Portaaviones Japonés I400
¿Cuál debió ser el plan? pues supongo que navegar en sigilo hasta las proximidades de las costa norteamericana y allí desplegar estos aviones que, sorpresivamente nadie esperaría, y lanzar la bomba o bombas sobre sus objetivos.
Este fue el último acto desesperado de la Alemania Nazi, no por reconducir la guerra, ya que la invasión de Alemania por la fuerzas soviéticas había quebrado de forma definitiva cualquier intento de resistencia ante su avance, sino quizás mostrar el mundo el poderío de la ciencia del nacionalsocialismo y desaparecer sin posibilidad de ser olvidados nunca.

El viaje final:
El día 15 de abril de 1945, un día antes de la definitiva ofensiva soviética sobre Berlín, el submarino zarpó de la base naval de Kristiansand en Noruega con destino a Japón. Los primeros dieciséis días de navegación se hicieron a profundidad de Schnorchel, saliendo únicamente a superficie cuando su oficial al mando, el capitán Johann Hirinrich Fehler, consideró que la nave se encontraba a salvo de ataques aliados gracias a la fuerte tormenta imperante. Los días siguientes transcurrieron emergiendo durante la noche y efectuado navegación submarina durante el día para no ser detectados.
El primer indicio que se tuvo de que algo había cambiado en el devenir de la historia se obtuvo cuando desde el submarino detectaron que el transmisor Goliat de la armada alemana dejó de emitir. Fehler no sabía que había pasado, pero parecía muy probable que la sede de la armada de Alemania hubiera caído en poder de los aliados. Posteriormente, el día 4 de mayo se recibió un fragmento de una emisión de radio británica y norteamericana anunciando que el Almirante Karl Dönitz se había convertido en Jefe del Estado en Alemania tras la muerte de Hitler. 
Ante esta situación el U234 emergió el día 10 de mayo en un lugar donde la recepción de radio era considerablemente mejor y recibió la última orden de Dönitz a la fuerza submarina alemana que aún estaba operando en el mar, ordenando a todos su sumergibles que salieran a la superficie e izando banderas negras se entregaran a las fuerzas aliadas. A pesar de ello, como ocurrió en otros navíos Fehler no se fiaba de la veracidad de la transmisión y fue sólo cuando contactó con otro submarino, el U873, cuyo capitán le convenció que el mensaje del Almirante era auténtico.
En ese momento Fehler se encontraba en medio del océano y decidió no continuar su viaje. En su lugar se dirigió a la costa este de los Estados Unidos con la esperanza de que al entregarse allí los americanos los enviarían pronto a casa.
Me262 en combate
Tras deshacerse de su detector de radar Tunis, el nuevo sistema de comunicación Kurier, las máquinas Enigma y todos los documentos relacionadas con ellas y clasificados, se dirigió a Newport News, Virginia. Cuando los dos pasajeros japoneses se enteraron de que el navío alemán iba a rendirse, éstos se suicidaron administrándose una dosis de barbitúricos siendo después lanzados al mar.

La Rendición:
El 14 de mayo de 1945 el U234 se rindió en el área de los Grandes Bancos ante el destructor estadounidense USS Sutton. Los tripulantes del submarino fueron trasladados al destructor y éste quedó bajo el mando de marinos americanos que lo dirigieron a Portsmouth.
Aunque la llegada de aquél gigantesco submarino llamó poderosamente la atención, las autoridades norteamericanas no salieron de su asombro cuando ya en el puerto pudieron evaluar la extraña y al mismo tiempo desproporcionada carga que llevaba la nave, extremo éste que fue ocultado a la opinión pública por razones obvias.
Aquí les dejo este mismo relato mediante un enlace a IVOOX.COM del programa radiofónico "El Secreto de la Caverna".


Un saludo.
La Doctrina Imperfecta