martes, 6 de diciembre de 2011

HISTORIA PROHIBIDA I


HISTORIA PROHIBIDA DE ESPAÑA I

Muchas de las personas que lean este artículo recordarán que hace mucho tiempo en los colegios se nos enseñaba la historia de otra manera. Aquella forma de embutir en las jóvenes cabezas de los niños el sentido de patria, españolidad y orgullo patrio quizás no era la más correcta. De aquellas experiencias se ha pasado a justo lo contrario, al lado más alejado posible de aquello, se ha pasado de ensalzar las gestas del Cid, Colón, Lepanto, etc… a, no sólo ocultar éstas, sino a mostrar la historia de España como la historia de unos genocidas de indios, esclavistas y sangrientos imperialistas.

Incluso se obvía el hecho de que aunque el devenir de la historia pudiera haber provocado en ocasiones excesos e injusticias, en otros momentos la determinación de los hombres y mujeres que forjaron nuestra historia hicieron que el mundo girara en torno al poderío y el peso político-militar de España.

Lo triste no es que se oculte la parte de la historia que pueda hacer que sintamos orgullo de la misma, lo verdaderamente triste son los motivos por los que los actuales “enseñantes” arrastran por el fango nuestro pasado, ensucian con su silencio la memoria de aquellos que lo forjaron y manipulan las mentes de los jóvenes a su cargo.

Soy padre de dos de estos jóvenes y sé lo que me digo. Sus libros de historia rezuman increíbles carencias de objetividad, son parciales y están politizados. Quien lea esto le ruego que busque en ellos algún atisbo, cualquier atisbo, de alguna cosa bien hecha, algún logro ya sea militar, social o político de relevancia que pueda hacernos sentir orgullo. No lo hay, ninguno, absolutamente ninguno. En ellos se divaga continuamente, se pasa por encima de los hechos importantes, no se profundiza ni se establecen paralelismos con lo hecho históricamente por otras naciones.

Verá, se lo voy a explicar con algunos ejemplos.

Durante la romanización de la península ibérica, apenas se trata en los actuales textos de la importancia de la provincia de Hispania para el Imperio Romano, en otros textos osadamente se menciona muy de pasada que hubieron emperadores que procedían de Hispania, aún sabiéndose que Trajano fue uno de los más importantes, que evolucionó el Imperio Romano hasta su máximo esplendor. Pues ¿sabe una cosa? apenas se menciona.

Avanzando algo más en la historia, ya en plena época de la invasión árabe de la península, se ponen muy encima de la mesa el altísimo nivel cultural del Islam, en ciencia, música, artes, etc…, todo ello muy cierto. Sin embargo, en ningún momento se habla del proceso degenerativo que siguió ese Islam y que desembocó en un triunfo de la religión sobre la razón y por tanto en un retraso en su evolución social y cultural de casi veinte siglos, como todos podemos ver hoy en día. Eso, tampoco se menciona.


En 1588 el Emperador Felipe II envía la Armada Invencible (sarcástico término inglés) contra Inglaterra. La historia escrita por los ingleses relata una gran derrota para las armada española, sin embargo, la mayoría de los naufragios ocurrieron como consecuencia del mal tiempo, de hecho 102 de los 127 navíos que penetraron en el Canal de la Mancha volvieron a puertos españoles, Pero, ¿qué se enseña en nuestros colegios e institutos?, pues que el emperador envío una flota que fue derrotada y esto supuso el inicio del fin del Imperio Español, en fin… lamentable.

Al mismo tiempo, estos “profesionales” de la enseñanza en España ocultan el ataque de la Contra-Armada  justo al año siguiente, en 1589 que envió la Reina Isabel I contra España. 180 navíos fueron enviados contra los puertos de Santander, La Coruña y Lisboa para acabar con la entonces aún maltrecha armada española que se encontraba en plena reparación. Sir Francis Drake atacó La Coruña, siendo duramente castigado por sus defensores, entre ellos la infantería española desembarcada de los barcos de la gran armada. Drake, derrotado se dirige a Lisboa para volver a atacar a los españoles (entonces Portugal formaba parte del Imperio Español). Allí encontró una mayor derrota, 5000 soldados de los tercios viejos destrozaron las tropas inglesas en tierra, que reembarcaron a toda prisa. Aprovechando esta circunstancia, la flota inglesa fue atacada por galeras españolas que hundieron 10 barcos y dispersaron su formación. La peste y el hambre hizo el resto, dejando muchos barcos ingleses sin gobierno y condenados. Apenas regresaron poco más de 100 barcos y de los 27667 hombres que partieron únicamente se presentaron a recoger su paga 3722 Fue el mayor desastre de la armada inglesa en toda su historia. ¿Conocía ud. esta historia?, no… claro, pero no es culpa suya.

Fíjese ahora en la importancia de esta derrota británica. De haber conseguido sus objetivos habrían roto las rutas marítimas españolas con América, obtenido la llave del Brasil, acabado con la armada española y obtenido acceso franco a las Indias. Con todo ello el Imperio Español se habría colapsado sin remedio, sin embargo, en los dominios del emperador Felipe II siguió por mucho tiempo sin ponerse el sol.

Pues querido lector, este importantísimo episodio está totalmente encubierto al ser parte de la “Historia Prohibida de España”.

Bien, seguimos… Los tercios, la legendaria unidad de combate de la Monarquía Española durante los siglos XVI y XVII, fueron reconocidos como la mejor infantería del mundo, una fuerza de choque de amplia autonomía, gran capacidad de maniobra y elevada potencia de fuego, basada en la acertada combinación entre armas blancas y de fuego. Un tercio contaba con tres armas fundamentales, con sus respectivos soldados que las servían: piqueros, arcabuceros y mosqueteros. Soldados de varias nacionalidades formaban los tercios de Flandes, sin embargo los españoles eran los más apreciados por su capacidad de combate.. Todos se rindieron a sus pies: no sólo los comentaristas de la época, sino también las tropas enemigas y todos los historiadores posteriores que los comparan con las legiones romanas o las falanges macedónicas. Fueron dueños y señores de Europa durante casi 175 años. La historia europea no se podría jamás escribir sin hacer mención a estas unidades militares del Rey Católico que tuvieron en jaque a prácticamente todos los ejércitos europeos. Pues en los programas de estudios, prácticamente ni una sola línea.

Los textos británicos muestran una y otra vez al Almirante Horatio Nelson como gran héroe del Imperio Británico, lo hacen una y otra vez en un curso académico y en el siguiente. Relatos, biografías, litografías, etc… todo para ensalzar la vida y hazañas de este gran marino. Pero… ¿y en España?, ¿tenemos alguien parecido?, pues… si pregunta ud. a cualquier alumno de enseñanza secundaria posiblemente le conteste “ni idea”, bueno… realmente le diría “ni p… idea

Y lo cierto es que sí, que tenemos, no uno sino varios personajes de la talla de Horatio Nelson, sin embargo únicamente me referiré a uno el Almirante D. Blas de Lezo y Olavarrieta, marino vasco apodado “Mediohombre” ya que era cojo, manco y tuerto. A pesar de su condición física, jamás perdió un combate. Derrotó una y otra vez a los británicos y a quien se le puso por delante, jamás fue derrotado. Algo que de Nelson no se puede decir, ya que este personaje tuvo graves y grandes derrotas, no obstante esa es otra historia.

Volvemos a nuestro Lezo, siendo comandante militar de Cartagena de Indias, rechazó el masivo ataque de los británicos al mando de Sir Edward Vernon. Desplegaron para ello una fuerza de 186 navíos (mayor que la Armada Invencible -127- y que la Contra-Armada -180-) y 27600 soldados de línea. Para hacerles frente Lezo únicamente disponía de 6 navíos y algo menos de 3600 hombres de los cuales 600 eran arqueros indígenas. Planteó la defensa de Cartagena de forma que los británicos caían una y otra vez en sus estrategias y lentamente fueron debilitándose, hasta que en el ataque al Castillo de San Felipe les dio el golpe definitivo haciéndoles huir hacia sus barcos en desbandada. Finalmente con la flota destrozada, varios navíos hundidos y otros que hubieron de quemar por no poder gobernarlos, los británicos se retiraron con los barcos llenos de enfermos, heridos y moribundos. Tal fue la derrota que en Inglaterra el Rey Jorge II prohibió toda publicación sobre el asalto a Cartagena que quedó así sepultado en la historia. Inglaterra no volvió a amenazar seriamente al Imperio español que subsistió un siglo más. España, en cambio, contribuyó años más tarde al desmoronamiento de las colonias inglesas en América, hecho que también ha tratado de silenciarse.

¿Cómo es posible que personas que se dedican a la enseñanza no sean capaces de hacer algunos incisos en su “programa oficial” e ilustrar sobre estos hechos históricos?, ¿pasaría algo si se enseñaras en los centro educativos que un día fuimos un único pueblo?, ¿hay algún problema con que se sepa que vascos lucharon hombro con hombro con extremeños, catalanes con castellanos, andaluces con navarros, etc…?, entonces… ¿porqué se proscribe esta parte de la historia?. En ocasiones me da por pensar que los “profesionales” tampoco son culpables de ello, quizás es que desconocen la historia y no se han molestado en ir más allá de lo estrictamente necesario para cumplir con su trabajo, en cualquier caso, es lamentable.

En “La Doctrina Imperfecta” voy a relatar muchos de estos acontecimientos y espero que ud. se sirva divulgarlos para conocimiento de todos. Es necesario que la historia se escriba con renglones rectos sí, pero también completos.

Un saludo.

La Doctrina Imperfecta.