Valiente, honorable, buen estratega…
muchos son los adjetivos que se pueden aplicar a grandes héroes como el
almirante Nelson, cuyo nombre aún resuena en Gran Bretaña. Sin embargo, también
son características, éstas y muchas otras, de las que pudo presumir Blas de
Lezo, un oficial tuerto, cojo y manco de la marina española que consiguió resistir el ataque de 186 navíos ingleses con 26.000
soldados con sólo 6 barcos y apenas 3.000 hombres, durante el Siglo XVIII. Lo que diferencia a D. Blas de Lezo de
Nelson es que él jamás perdió un combate, mientras que el almirante británico
tuvo que retirarse derrotado en varias ocasiones ante sus “enemigos íntimos”,
los españoles.
Esta es una historia, digna de ser
inmortalizada en cualquier película y reflejada en los libros de historia como
un ejemplo de valor, tenacidad, ingenio, vocación de servicio y amor a la
patria, lamentablemente el único error que cometió D. Blas de Lezo fue nacer
español. De haber nacido británico, francés o norteamericano se habrían hecho
películas, series, poesías, estatuas, plazas en la principales capitales,
etc.., su nombre estaría escrito con letras de oro en los libros de texto, tal
y como lo está Nelson. Tristemente la estúpida obcecación de los personajillos que establecen los planes
de estudio en evidenciar con letras mayúsculas los errores que España pudo
cometer y tocar únicamente de pasada, e incluso obviar como es este caso, los hechos y personas de nuestra historia
que pueden hacernos sentir orgullo, es algo con lo que este Blog “La Doctrina
Imperfecta” piensa seguir poniendo en evidencia para vergüenza de estos enseñantes de tan menguada capacidad
intelectual y tan exasperante vileza moral, que se ponen al servicio de bastardos intereses
políticos. Y precisamente ahora, cuando se hace más necesario que nunca estar
orgullosos, si no de los que somos al menos de lo que fuimos y extender la
convicción que se si fuimos capaces de escribir la historia del mundo, lo
podemos volver a hacer. Hay un dicho que dice que “el mayor enemigo de España, está dentro”, y sigue siendo cierto.
Este valeroso vasco demostró una y
mil veces la capacidad estratégica de la marina española de la época. Sin
embargo, sus gestas se suman a las docenas de hazañas de otros muchos protagonistas
de nuestra historia que han caído en el olvido.
Blas de Lezo nació en Pasajes,
Guipúzcoa, el 3 de febrero de 1687, aunque aún existe controversia sobre el
lugar y el año en que vino al mundo, lo indudable es que se trata de uno de los
más grandes estrategas de la Armada Española en toda su historia. Y este es el
relato cronológico de sus gestas:
1704 Batalla de Vélez-Málaga
Se enroló
como guardiamarina cuando tenía 17 años, aún un adolescente, al servicio de la
escuadra francesa al mando del Conde de Toulouse, ese mismo año perdió la
pierna en la batalla de Vélez-Málaga, la más importante de la Guerra de
Sucesión, por una bala de cañón, sin embargo, el jovencísimo Lezo continuó en
su puesto de combate. Después hubo de amputársela sin anestesia, por debajo de
la rodilla. Blas de Lezo fue elogiado por el gran almirante francés por su
intrepidez y serenidad y por su comportamiento se le ascendió a alférez de
navío. Con sólo 17 años ya era oficial.
1705 Rendición del Resolution
En 1705 aprovisiona la asediada
Peñíscola. Después de esto hostiga el comercio de Génova teniéndose que
enfrentar al navío de línea británico Resolution de 70 cañones, que se rinde ante el marino
vasco. Continúa patrullando el Mediterráneo apresando numerosos barcos ingleses
realizando valientes maniobras con un arrojo impropio, tanto es así que se
le premia permitiendo llevar sus presas a Pasajes, su pueblo natal.
1706 Rompe el bloqueo de Barcelona
Se le ordena
abastecer a los sitiadores de Barcelona al mando de una pequeña flotilla
Sirviéndose de su aguda inteligencia realiza su cometido brillantemente, escapa
una y otra vez del cerco que establecen los ingleses para evitar el
aprovisionamiento. Para ello deja flotando y ardiendo paja húmeda con el fin
crear un densa nube de humo que los protegiera, pero además carga “sus
cañones con unos casquetes de armazón delgada con material incendiario dentro,
que, al ser disparados prendía fuego a los buques británicos”. Los
británicos se ven impotentes ante tal despliegue de ingenio.
Posteriormente
se le destaca a la fortaleza de Santa Catalina de Tolón donde toma contacto con
la defensa desde tierra firme en combate contra las tropas del Príncipe Eugenio
de Saboya. En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación,
una esquirla se aloja en su ojo izquierdo, perdiendo para siempre la vista del
mismo.
1710 Captura
del Stanhope
Captura del Stanhope - Museo Naval de Madrid |
Es destinado
al puerto de Rochefort donde es ascendido a Teniente de Guardacostas en 1707.
Allí realizará otra gran gesta rindiendo en 1710 una decena de barcos enemigos,
el menor de 20 piezas, y sometiendo en un impresionante combate al Stanhope
de 70 cañones comandado por John Combs que le superaba ampliamente en potencia
de fuego, pues su fragata montaba sólo 40 piezas. Se mantuvo un cañoneo mutuo
hasta que las maniobras de Lezo dejaron al barco enemigo a distancia de
abordaje, momento en el que ordenó lanzaran los garfios para llevarlo a cabo: “Cuando
los ingleses vieron aquello entraron en pánico”. Al abordaje los
españoles casi siempre superaban a sus rivales por tanto está versión no debió
diferir demasiado con la realidad pues sino no se explica que saliera
victorioso cuando la tripulación de Lezo era notablemente menor que la de
Combs. Sea como fuere Blas de Lezo se cubre de gloria en tan fenomenal
enfrentamiento, en el que incluso es herido, y es ascendido a Capitán de
Fragata.
1714 Guerra de Sucesión
La Guerra de
Sucesión había prácticamente finalizado en julio de 1713 con la firma de la paz
con Gran Bretaña, pero Cataluña seguía en armas por los partidarios de la casa
de Austria. El marino participó en varios combates y bombardeos a la plaza de
Barcelona. En uno de ellos, el 11 de septiembre de 1714, se acercó demasiado a
las defensas enemigas y recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho
que le rompió varios tendones y le dejó manco para toda su vida. Durante esta época apresa 11 navíos ingleses y rinde Mallorca, en manos austriacas, sin violencia gracias al temos que infundía entre sus enemigos.
Así, y tras
quedarse cojo, tuerto y sin mano, Blas de Lezo pasó a ser conocido como el «Almirante Patapalo» o el «Mediohombre».
Su leyenda había comenzado.
1720
Limpieza de los Mares del Sur.
Una vez finalizada la Guerra de
Sucesión, Lezo se destacó por su servicio a España. Una de sus misiones más
destacadas fue la que realizó en 1720
a bordo del galeón «Lanfranco». Se le integró en una escuadra
hispano-francesa al mando de Bartolomé de Urdazi con el cometido de acabar con
los corsarios y piratas de los llamados Mares del Sur. Las operaciones hicieron
que se capturara o hundiera gran cantidad de navíos corsarios poniendo en fuga
a los pocos que aún habían logrado evadirse de la escuadra. Los mares del sur
volvieron a ser “un lago español”.
1725 Acción de Génova
Fue ascendido a Jefe de la Escuadra del Mediterraneo. Durante esta etapa hay que destacar dos hechos. El primero tiene lugar en Génova donde Blas de lezo se presentó con 6 navíos y exigió a los banqueros genoveses el pago de dos millones de pesos que se adeudaban en nombre de su Majestad el Rey de España. Los genoveses ante la posibilidad de que la ciudad fuera arrasada aceptaron y, tras cargar los caudales en sus barcos, exigió un homenaje a la bandera real. Estableció un plazo y finalmente Génova aceptó disparando en honor del Rey de España las salvas de ordenanza reclamadas por lezo.
Con la mayor parte de ese dinero se financió la campaña de Orán a la que, como no podía ser de otra manera, acudió Lezo con 54 buques
y 30.000 hombres rindiendo la ciudad. No obstante Bay Hassan conocido
pirata argelino logró unir tropas y volver a sitiarla. Lezo acudió con 6
navíos y numerosos transportes de tropas levantando el sitio y persiguiendo al
pirata hasta su propia fortaleza bien defendida por dos castillos y 4000
hombres. Esto no achantó al valeroso marino que se internó en la ensenada de
Mostagán bajo el fuego cruzado de las dos fortalezas y hundió el barco de Bay
Hassan el “Capitana de Argel”.
1734 Teniente
General de la Real Armada
El Rey, muy
satisfecho por lo conseguido y en tan poco tiempo, se lo agradeció de la mejor
manera que se le puede hacer a un marino y así, por Real Orden de 6 de Junio de
1734 le nombra Teniente General. Contaba con 45 años de edad.
Fue nombrado
Comandante General de Cádiz y posteriormente llamado a la Corte. Sin embargo, tras
corto espacio de tiempo argumentó a su majestad “que tan maltrecho cuerpo no era buena figura para permanecer entre
tanto lujo y que su lugar era la cubierta de un buque de guerra”; pidió el
consiguiente permiso al Rey y éste se lo concedió, nombrándole poco después
comandante general de una flota de galeones con los que se desplazó a Cartagena
de Indias en 1737.
1741 El
mayor reto de Lezo - Cartagena de Indias
El mayor
desafío de Blas de Lezo se sucedió sin duda en Colombia, donde tuvo que
defender Cartagena de Indias (llave del Imperio Español, centro del comercio
americano y donde confluían las riquezas de los virreinatos y capitanías
generales de España) de los ingleses, ansiosos de conquistar el territorio.
El pretexto
fue el asalto a un buque contrabandista británico. El capitán español, Juan
León Fandiño que apresó la nave, cortó una oreja a Robert Jenkins, capitán el
barco inglés, al tiempo que le decía (según el testimonio del inglés) «Ve y
di a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve». En su
comparecencia, Jenkins denunció el caso con la oreja en un frasco, y al
considerar la frase de Fandiño como un insulto al monarca inglés, la oposición parlamentaria y
posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes como una ofensa al
honor nacional». La excusa perfecta había llegado y se declaró la guerra a
España.
El Almirante
Edward Vernon se presentó el 13 de marzo de 1741 en Cartagena de Indias con 186
navíos (habría que recordar que la armada invencible que envió Felipe II contra
Inglaterra únicamente contaba con 127 navíos), casi 27000 hombres entre casacas
rojas, marineros, voluntarios de las colonias americanas y negros macheteros
jamaicanos. Blas de Lezo contaba con 6 barcos, 1100 soldados veteranos, 400
bisoños, 600 marineros, 300 milicianos y unos 600 arqueros indios, negros y
mulatos, en total no se alcanzaban los 3000 hombres.
Lezo
establece un plan defensivo en el que explota al máximo sus efectivos. Como
gran estratega y a sabiendas de la tremenda diferencia de fuerzas coloca
trampas a las fuerzas británicas que caen una y otra vez en ellas. Utiliza sus
navíos para proteger el acceso a la bahía interior de Cartagena y apoyar los
castillos y baterías que defendían Boca Chica. Lleva al enemigo al lugar donde
mayor daño puede hacerles su artillería y el fuego incesante de fusilería. Finalmente,
el 20 de mayo desaparece en el horizonte la última vela británica. Tras de sí
dejan varios miles de muertos, se ven obligados a quemar y hundir varios barcos
al carecer de marinería para gobernarlos. Las cubiertas de los restantes
aparecen como desgraciados hospitales llenos de heridos y enfermos que morirán
muchos de ellos durante la travesía.
Estatua de D. Blas de Lezo ante el Castillo de S. Felipe en Cartagena de Indias. |
Se trata del
mayor descalabro y la mayor derrota infringida jamás a Inglaterra. Su rey,
Jorge II prohibió a los historiadores y cronistas hablar jamás de este episodio
para intentar ocultar así a la historia tan gran desastre.
Como en
otras ocasiones la, a veces madre y casi siempre madrastra, de sus mejores y
serviles hijos, España, cometió la infamia de no reconocer la grandeza de
aquella hazaña. Lezo murió el 7 de septiembre de aquel mismo año víctima de las
heridas y las plagas que quedaron tras la batalla. Lo hizo sólo, en la pobreza
al no haber recibido aún las numerosas pagas que se le debían. Fue en aquellos
mal dados días, injuriado y acusado de no haber cumplido como su deber requería
por el virrey D. Sebastián Eslava.
Su esposa
Josefa, ante la ausencia de dinero para proporcionar un lugar de descanso digno
y con el temor de que su sepultura pudiera ser ultrajada dadas las malintecionadas noticias que
corrían acerca de tan valeroso hombre, se llevó su cuerpo a un lugar alejado de
la ciudad, donde debió ser enterrado. Motivo por el cual jamás se encontraron
sus restos.
Afortunadamente,
y aunque con algunos años de tardanza, reinando ya Fernando VI, éste restituyó
el honor del D. Blas de Lezo y concedió a su hijo primogénito llamado también
Blas el marquesado de Ovieco, quedando así perpetuada para la historia la gesta
de Cartagena de Indias.
Asimismo la
Armada Española honra a tan distinguido hombre, ilustre marino, noble soldado e
invicto Almirante, contando siempre entre sus unidades de combate con un navío
de nombre “Blas de Lezo”.
Crucero Ligero "Blas de Lezo" |
Destructor "Blas de Lezo" |
Fragata Lanzamisiles "Blas de Lezo" |
Gracias y permítame que le pida que divulgue este relato. Se hace necesario sacar del olvido este personaje y devolverle el lugar que le corresponde en "nuestra" historia.
La Doctrina
Imperfecta.
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