martes, 30 de agosto de 2011

CIENCIA vs ANTICIENCIA

Actualmente, en nuestra sociedad, no se acepta nada que no tenga el refrendo de la ciencia, nada que no haya sido probado en un laboratorio y aprobado por un científico. Pero, ¿a qué llamamos "la ciencia"?: Lamentablemente los que desde hace muchos años estamos detrás de querer conocer aquellas cosas que se encuentran en el límite de lo excepcional e incluso algo más allá, hemos podido constatar repetidas veces la misma reacción.: ante un hecho, una circunstancia, asunto o incidente que se desmarca de lo que la ciencia llama normalidad científica, aparece siempre algún


personaje con vitola de científico, al que llamaremos “el enviado” que haciendo uso de todos los argumentos posibles se dedica a desautorizar, descalificar y finalmente ridiculizar los argumentos que en favor de un acontecimiento se puedan haber vertido. Para ello, suele utilizar unos medios de comunicación que servil y sorprendentemente se ponen a su disposición, y finalmente… la “anomalía” queda en el más absoluto olvido.

Tristemente lo que dice un científico “va a Misa”, salvo que el científico en cuestión sea alguien que contradiciendo la doctrina general se oponga a ésta y trate de establecer un nuevo camino de investigación o proponga una explicación diferente a ciertos acontecimientos. En ese caso, la comunidad científica se encarga, nadie sabe por qué, de tacharlo de chiflado, para ello “el enviado” entra en acción.
Cuando una evidencia difiere o se opone a la teoría predominante, no se habla de ella, no se ofrece información, simplemente se oculta. ¿Qué significa esto?, pues sencillamente que la “ciencia” deja de progresar en la forma en que debería, es decir, buscando las causas que hicieron a esa evidencia distinta. En su lugar, aparta esa anomalía y no permite que nada mueva sus, teóricamente, consolidados cimientos.

Hoy día "la ciencia” está pasando por alto las evidencias de un pasado que hemos olvidado o que simplemente, al no ajustarse a la ciencia oficial, son rápidamente arrinconadas cuando no ocultadas. Muchos científicos consideran que arqueólogos e incluso paleontólogos, han enterrado tantas cosas como otras han descubierto,

¿porqué?. Quizás porque lo descubierto fuera una “anomalía”, como por ejemplo un cráneo extrañamente desproporcionado, un artilugio cuyo nivel tecnológico no corresponde al lugar  y tiempo donde fue encontrado, la escritura de una lejana civilización que no debía estar allí, la imagen en video de un objeto extraño junto a un módulo Géminis o Apolo, etc...

Algo que demuestra de una manera clara mi teoría es asunto del inminente “Cambio Climático” que amenaza con destruir nuestra civilización. Pues bien, aquí tenemos un ejemplo de lo argumentado en el párrafo anterior. Cuando determinados científicos, climatólogos, físicos, meteorólogos, etc.. han denunciado las incongruencias, la falta de rigor de los datos y las indiscutibles evidencias que ponen de manifiesto que inequívocamente el asunto del cambio climático es una gran mentira, inmediatamente, personajes del IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático), se han apresurado a desacreditar sus argumentos (los enviados).

Lo mismo ocurre con la energía nuclear. Tras más de 25 años de intoxicación antinuclear, ha nacido una nueva raza de ecologistas, los ecologistas nucleares, apoyados por argumentos, datos, hechos, realidades científicas irrefutables y con científicos de primer orden al frente. Sin embargo, continúa el desprestigio de esta energía, apoyándose únicamente en los accidentes nucleares para sostener sus tesis, Chernobyl (cadena de errores humanos y de diseño del reactor) y, más recientemente Fukushima (desastre natural).

Incluso hemos visto como en el asunto de la existencia de vida extraterrestre ha habido un dura resistencia de la comunidad científica internacional, y aunque ya con cada vez menos argumentos sigue
habiéndola, no obstante, desde que primero, Carl Sagan sostuviera su convencimiento de la existencia de vida inteligente en el universo y después Stephen Hawkings argumentara recientemente no sólo que no tenía dudas de ello, sino que deberíamos pensar en que incluso pudieran ser agresivos, ni siquiera ellos “los enviados”, ante la talla de semejantes personajes, se han atrevido a manifestar. En esta ocasión la táctica fue el silencio, esperando que estas afirmaciones se pierdan con el tiempo.

Este blog, “La Doctrina Imperfecta”, dará rienda suelta a todo tipo de datos científicos, hechos constatados documentalmente y evidencias probadas, no especulará ni hará valoraciones, sin embargo, se opondrá con argumentos a “si lo dice un científico va a Misa”. En ocasiones, y así lo demostraré, ni siquiera un científico con todo su saber puede negar la verdad.

Gracias.

La Doctrina Imperfecta.

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